Ante la presión de la prisa, el presupuesto, el tiempo, es muy fácil olvidarse de disfrutar de los momentos mas memorables de los viajes, y aun mas, de registrarlos. Es fácil caer en el error de aun capturar varios momentos alegres e interesantes, y llegar a casa frustrado por no tener material interesante que mostrarle a las amistades, o haber hecho una colección de autorretratos con muy poca vision de los lugares, y que no describen mucho. Hoy te enseñaremos como evitar este problema, logrando capturar momentos especiales y explorar la esencia de los lugares que visites.
1. Invierte tiempo en conocer tu cámara en profundidad
Uno de los peores errores que puedes cometer es no dedicar el tiempo suficiente a conocer el funcionamiento de tu cámara antes de salir de caso. Invierte unas cuantas horas en revisar las herramientas básicas de tu cámara y asegúrate de que sabes no sólo para qué sirven algunas funciones si no cómo activarlas. ¡Repasa el manual de instrucciones o busca algún vídeo en YouTube que te ayude!
Ya sé que suena obvio pero con las prisas y el entusiasmo que genera un viaje, puede que tengas la tentación de comprar una cámara nueva o añadir algún accesorio a tu equipo. Es normal, pero no lo hagas el último día. Ni siquiera si tienes por delante muchas horas de avión antes de llegar a tu destino final.
2. Crea una lista de fotos que te gustaría hacer
Seguro que tienes una serie de imágenes que quieres capturar mientras estás de viaje. No dejes que esas fotos se queden en tu cabeza ¡Planéalas con antelación y se harán realidad! Redacta una lista con las escenas con las que te gustaría volver a casa.
Imagina que te vas a de viaje a Tokio. La mayor parte de tu entorno esperará que les enseñes una foto del famoso cruce de Shibuya. Pero Tokio es mucho más que eso. Incluye algún templo que te hayas encontrado en una rincón inesperado, un callejón lleno de cables y casas bajas, o ese delicioso ramen que te tomaste al bajar de la línea Yamanote. Cada destino tiene sus lugares icónicos pero no te centres únicamente en ellos. Huye de la foto de postal porque el alma de un sitio normalmente está en la gente.
3. Busca nuevos puntos de vista
No importa donde vayas, una ciudad, la playa, el desierto o la montaña, la idea que debes de tener siempre presente es cuidar tu punto de vista. Hazte la siguiente pregunta: “¿Desde dónde quiero que vea el espectador esta escena?”.
Esfuérzate por buscar puntos de vista interesantes. Es muy fácil estar quieto en un sitio y empezar a hacer fotos nada más llegar.
4. Resiste ante la presión
Otro error bastante común es presionarte para hacer fotos de absolutamente todo lo que te rodea. Así, piensas, tendrás recuerdos de todo lo que has visto y vivido. Y además, sigues asumiendo equivocadamente, tendrás 10.000 fotos alucinantes que compartir con tus colegas en las redes sociales.
La realidad es que al cabo de un par de días estarás agotado (¡hacer fotos requiere concentración!). Y por si fuera poco, volverás a casa con miles de fotos que ni siquiera te gustan.
5. Cuenta una historia con tu foto
¿Cuántas veces has hojeado una revista de viajes o has curioseado el perfil de Instagram de un fotógrafo de viajes? Seguro que docenas. Y mientras ves esas imágenes, te has preguntado “¿Por qué mis fotos no salen así?”.
El secreto de esas fotos es siempre el mismo: cuentan una historia. Puede ser la historia de un sitio, de una persona o de un evento. Pero lo importante es que detrás de esa imagen siempre hay una historia. Ese tipo de reportajes generalmente incluyen fotos de todo tipo: del lugar, de la comida que se prepara allí, de la gente que vive e incluso de detalles. De esta forma, el espectador es capaz de ver el conjunto y hacerse una idea. Aplica esta idea a tus propias fotos durante tu próximo viaje. Te sorprenderás al ver los resultados.